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martes, 12 de febrero de 2013

El efecto de los colores en tu casa


El efecto que imprimen los colores en cualquier espacio de la casa puede hacer la diferencia entre un lugar confortable y uno deprimente. El color es un arma que puede transmitir sensaciones y crear diferentes efectos  ópticos. De ahí la importancia de saber coordinar los colores en el momento de ambientar una habitación.
El color es un elemento vital si queremos una casa más agradable y confortable, además de que tiene influencia directa en el estado de ánimo. Es importante considerar la relación que existe entre la selección del color y no cómo se verá la casa, sino el confort que logremos.

Además, el uso del color puede manifestarse en el comportamiento de las personas y la visión óptica de la casa.  Quizá alguna vez has sentido que la casa de algún pariente es más grande que la tuya cuando en realidad no lo es o alguna vez te has sentido reprimido por las propias paredes de tu habitación, en todo esto los colores tienen algo que ver.
Entonces, para que puedas trabajar en la elección y coordinación de los colores de tu casa, te presentamos algunos consejos para que logres la ambientación que mejor se adapte a tus necesidades y gustos.
Diferentes gamas de un color
Si piensas usar varios colores en un mismo ambiente, asegúrate de emplear un mismo color en al menos en tres ocasiones. No es necesario que utilices exactamente el mismo tono en objetos distintos, puedes usar diferentes tonalidades y gamas. Por ejemplo, las cortinas, las almohadas y el mantel pueden ser del mismo color (o tonalidad). De esta manera, otorgas una sensación de armonía al espacio físico y evitas sobrecargar el ambiente con estilos confusos.
Para llenar un espacio
Para que un espacio luzca más lleno y confortable, emplea colores cálidos como rojos, amarillos y naranjas. Estos tienden a capturar la atención del ojo y llenan el espacio. Además, tienen efectos sedantes y amistosos.
Sensación de amplitud
Para generar una sensación de mayor espacio y abierto, utiliza las gamas de los tonos verdes, azules y violáceos. Si utilizas un color más claro en el techo que en las paredes, se provocará la sensación de que el techo está más alto. Si quieres disimular un techo muy elevado, debes utilizar un color oscuro. Otro recurso útil es aplicar rayas para modificar la percepción del espacio. Las rayas alargadas transmiten sensación de profundidad, mientras que las estrechas dan la sensación de más altura. Los colores claros hacen que los muebles parezcan más grandes y los oscuros disfrazan las formas voluminosas.
Espacios más frescos
Para lograr un espacio fresco en la sala, comedor, recámaras o cocina se pueden utilizar tonos como crema, durazno o amarillo claro. En una escala de más fresco a más caliente, se puede colocar primeramente al blanco como el más fresco, seguido del amarillo y naranja, en un término medio está el rojo y de los más calientes está el café, superado por el negro como el más cálido de todos.
Es importante que el color que predomine sea uno claro para lograr esa reducción de temperatura.
Serenidad y confort
Si buscas un look sereno y confortable, los rosados pálidos son la mejor opción. El rosado, mientras más se acerca al rojo, adquiere mayor energía.
Cuidado con la elección del tema
Trata de evitar los temas y los colores contradictorios. Si quieres que una habitación luzca más grande y necesitas echar mano a colores frescos para conseguirlo, elige temas que se complementen con estos colores.
Evita la monotonía
Si tienes el sofá, la alfombra y otros tapizados en un mismo color, podrías ser víctima de un look monótono. Para combatirlo, emplea almohadones y murales que rompan este predominio.
Colores que no deben faltar en tu casa
La ausencia de un color en la casa no suele traer mayores dificultades, a menos que se trate de alguno de estos casos:
En la recamara de una pareja no debe faltar el color rosa, porque es un tono fuerte, poderoso, energético y de vibraciones positivas. Promueve el entendimiento amoroso y es un gran armonizador.
En el cuarto de los adolescentes no debe faltar el color azul, porque simboliza la tranquilidad y seguridad que suele faltar en esta etapa de la vida.
En en el dormitorio de un bebe no debe faltar el color amarillo, porque simboliza la alegría. Es un color tónico pero no excitante y se lo considera un escudo, por su capacidad para neutralizar las energías negativas.
En la sala no debe faltar el color violeta, porque tiene propiedades sedantes. Es un gran pacificador y neutralizador que absorbe la negatividad del ambiente e irradia energía positiva.
Como el comedor es una zona importante, puesto que ahí se reúne a diario la familia, nunca debe faltar el color verde, porque se relaciona con la armonía y la comunicación, indispensables para amenizar el encuentro.
En la cocina no debe faltar el color blanco, porque simboliza la pureza, el calor, la fuerza y la salud, condiciones que siempre están presentes en el arte culinario.
Cordialmente,
Paloma; Interiorista.

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